Y siempre te vuelvo a ver pero el retorno no retorna en fragmentos vuelves en el camino que gira sobre sí mismo
Me puedes desbordar y alcanzar por partes solo el tiempo llegó para entregarnos al vacio Es entonces el final
Labios sin decir formas sin medir trazos de piel todo crece en espiral llueve en tu sonrisa
Miro en tu espejo cada fragmento y sé que quiero entrar en tu sexo domar la luz
Debes olvidar los caminos se disfrazan para encontrarnos en el jardín de los espejos, Lejana tempestad
Son los dioses del verano la tormenta anida en la distancia ahora ya es lo que fue y será los pasos en el laberinto guian a las hojas de ceniza
Yo con la voz de la noche Desenredando mi laberinto Rostros del silencio, memorias de filoso y puro diamante Todo se salva
Su voz me hipnotiza es el placer del caos el tiempo nos adelantará como una razón mayor Inmerso en la nostalgia
Es verdad no puedo verme en mi espejo no puedo unirme a mis rostros porque ansío exquisitos paladares un sitio donde desnudarme
Llegué para jugar con esta libertad sin llave toda una vida te esperé y ahora que estas aquí todo parece ordenarse
Canto desde las flores y la lluvia melodiosa rodea mi pensamiento tu voz cae adentro de mi recuerdo y perfora mi sonrisa
Toda la noche atraviesa el silencio gestual y la luz al devorar el banquete del rey todo tu lenguaje es luz
Algo inmenso, inquietante es la textura de la realidad, sombra desbordante, ecos de luz, formas desnudas en las formas, del eterno adormecer de la materia…
Tanto tiempo pasando sin dirección y escucho una voz quebrando la oscuridad más allá los fantasmas desvelan la razón