¿Qué espero aún de la espiral del tiempo,
de esos cuernos epílogos que suenan en los
bosques?
¿Quién atardece junto a mi corazón helado?
Por el paisaje gris de mi memoria, cruzan
arrieros sin retorno, pastores y alfareros
olvidados, bardos ahogados en el miedo
lacustre de sus propias leyendas.
Sólo estoy, en esta noche última, coronado
de cierzo y flores muertas.
Sólo estoy, en esta noche última, como
un toro de nieve que brama a las estrellas.