Julio Cortázar

Flora y fauna del río

Este río sale del cielo y se acomoda para durar,
estira las sábanas hasta el pescuezo y duerme
delante de nosotros que vamos y venimos.
El río de la plata es esto que de día
nos empapa el viento gelatina, y es
la renuncia al levante, porque el mundo
acaba en los farolitos de la costanera.
 
Más acá no discutas, lée estas cosas
preferentemente en el café, cielito de barajas,
refugiado del afuera, del otro día hábil,
rondado por los sueños, por la baba del río.
Casi no queda nada; sí, el amor vergonzoso
entrando en los buzones para llorar, o andando
solo por las esquinas (pero lo ven igual),
guardando sus objetos dulces, sus fotos y leontinas y
pañuelitos
guardándolos en la región de la vergüenza,
la zona del bolsillo donde una pequeña noche murmura
entre pelusas y monedas.
 
Para algunos todo es igual,
mas yo no quiero a Rácing, no me gusta
la aspirina, resiento
la vuelta de los días, me deshago en esperas,
puteo algunas veces, y me dicen
qué le pasa, amigo,
viento norte, carajo.
Piaciuto o affrontato da...
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