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Todas las tardes, después del simp… la prueba de su éxtasis me regala con broche de oro, mi adicta elegante. Yace lengüeteada
El baile de sus gruesos labios; tr… ¡Mi instinto! ¡Usted sonsaca mi instinto! Con el baile de sus labios que cada vez es más;
Mi verga chapoteaba, sedienta, ent… Su blanda cuquita regaba mis huevo… mientras yo amasaba y chupaba sus… tetas... ¡Oh, las grandes tetas de… A cada una de mis embestidas, ella…
Acabo de llegar a un café en la Avenida Tennyson. Pedí un licuado de mango con guineo. ¡Qué tropical! La dramatización de mis compañeros fue buena. Shakespeare alienta mis tardes. Pero ...
Ella me traga todo con sus labios… Enmarañados, pegados después... ¡… ¡Ah, ella es Sarasvati y, yo, Bra… ¡Y juntos consagramos nuestros templos de éxtasis y savia!
Indagamos diferentes posiciones pero siempre terminamos bailando: ¡cómo bailamos mojados, fortuitos! Ay, así nos pegamos sin exageracio… Adictos a enlazar hasta nuestras á…
Fátima, mi mulata, es la inefable… de valles, cascadas, lagos, volcanes y caminos... ¡Ay, ella todo lo que toca lo enca… y, encanta también, con su verano
Con decoro y mucha tinta desencadenada mi mujer me envía muchas rimas sobre el más humano y exquisito deber
Inconforme; Usted me ha enseñado el secreto de su Vida... Me la enseña seguido, pues su secr… vive entre sus piernas blandas, ri… ¡MMM DELICIOSAS!
Descubriendo estoy sus labios carn… Descubriendo estoy sus fantasías c… Con tiempo estoy descubriendo su cuerpo al ritmo de las olas del viento.
¡Corré tinta! ¡Corré! ¡Corré! ¡Corré tinta antes de que se apagu… el viento que de tus mejillas sale… ¡Corré por tu vida, ilusiones y ve… ¡Corré para amar, corré por un “lo…
Al moverse tintineaban las cadenas que ceñían sus muñecas contra la p… Como estaba vendada solo escuchaba… la lluvia levemente a través de la… Pasó así por más de dos horas. La…
Encontraré... la magia de su sedosa piel el fulgor de sus mojados labios y la pasión de su querer Encontraré...
Y sin embargo Roque la violencia… Aún hoy los llantos suscitan y ele… pese a que todos nos hacen creer que la guerra «revolucionaria» culminó en 1992.
Sus labios... ¡Oh, mujer! ¡Ay, sus labios rojos me iluminan como una luciérnaga encima de una rosa! ¡Sus labios rojos! ¡Ay, son labio…