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Azul, rojo y amarillo soy yo. ¡Radiante, me encanta sonreírle a… me encanta la rumba, me encanta la… me encanta la pasión, me encantan… Rojo, amarillo y azul soy yo.
Amados ojos, azúl de mar, bilis os… de una estrella titulada corazón decíme—¿Por qué tardás a amar? Amados ojos, marrón de la cumbre,… sentimental que me alimentás
¡Oh, loroco de mi rica tierra cane… ¡Ay, rosa de la estirpe cuscatleca… ¡Tu aroma es tan profundo como el… ¡Ay! Dentro de tus blandas venas, la pura Esencia penetrada llevas
Nos besamos deslizándonos contra la pared Apretándonos; mordiéndonos,
Todas las tardes, después del simp… la prueba de su éxtasis me regala con broche de oro, mi adicta elegante. Yace lengüeteada
Mamacita, su sonrisa ilumina todas las palmeras de mi conocer y cuando mueve su cintura «sin saber»
Ella me traga todo con sus labios… Enmarañados, pegados después... ¡… ¡Ah, ella es Sarasvati y, yo, Bra… ¡Y juntos consagramos nuestros templos de éxtasis y savia!
Puja, subyacente a mi sexo. ¡Me hago pedazos al tenerla! Ella es Todo y Nada de esto. Es fuerza maternal y Deseo. Era una niña. Ahora es una madura
¡Ay, mi mulata sos mágica como una… ¡Con tus cándidos cantos le sacás agua a mis arenas! ¡Sos ¡ay! la Venus de América! ¡Ah, cómo me encantan tus cinturas…
Al moverse tintineaban las cadenas que ceñían sus muñecas contra la p… Como estaba vendada solo escuchaba… la lluvia levemente a través de la… Pasó así por más de dos horas. La…
La poesía desnuda el alma. Sabrosa y provechosa goteás. Así, parece que el tiempo no pasa. ¡Ay mamacita parrandera cómo me quitás el sueño!
Beber la miel errante de sus labio… es sentir el tierno calor de su ci… Es sentir el brillo incesante de s… y, de sus manos, la ternura. Verla lucir el desorden de sus abr…
Inconforme; Usted me ha enseñado el secreto de su Vida... Me la enseña seguido, pues su secr… vive entre sus piernas blandas, ri… ¡MMM DELICIOSAS!
Las olas nos arrastran infinitamente mar adentro. A cada ola que nos envuelve te pegás más a mí y tu calor sincero arrasa mi cuerpo.
¡Te estremecía mi pasión! ¡Susci… Un día, tu alma apuntó hacia mí y centrada en mí, ¡disparaba! La bala moldeó un corazón de arena… Me advirtió: «Vos no podés perder…