Tuétanos tétricos, pálidos, fétidos,
¿Pararé? ¿Llegaré? ¿Así acabaré?
¿Vivir será comer tu carne, hacer
feos fuegos clároscúros por méritos?
Ya vienen los padres pidiéndome ácimos.
Oigo tanto canto en astros malditos.
Ya viene mi madre tocándome áticos,
fantasmas sordos, monstruos viejos, mitos...
Los muertos reposan en manos propias.
Su sangre y la mía va adentro y afuera.
Tortuosos recuerdos, aciago en vano.
Cántame, que soy asesino de momias.
Cántame, que hoy te poseo, ramera.
Cántenme, padres, por mi maldito hado.