Luz que es agua y horrible vómito,
aire que es fuego y consume
caminantes de este trópico.
¡Qué tragedia es que se esfumen!
Bloques de tiempo en bloque,
todo que es poco, ruina y ya.
Humano trastoque impávido,
sólo miserias recoge.
Llora el doblez infinito,
finito comienzo hendido,
que es final doblado enjuto,
merienda de almas en luto.
Y el asalto final que no es
redondez ensimismada,
llora y levante su desfé,
de inexistencia preñada.
¡Que el vivir ya no es arrojo!
¡Que en la rivera no os miento!
¡Que el intempestivo tiempo
sólo escurre entre los ojos!