OJOS COLOR MIEL
A Majo.
Esos hermosos ojos miel que nunca olvidaré
se cruzan por mi mente cual primoroso vaivén
de la perfecta evocación que eterna viviré...
Miradas cruzadas que mi corazón aceleran...
les basta un segundo para llevarme al pasado.
Prisionero soy del tiempo que hace tiempo ha acabado
con tu retrato multiforme de la alegría que eras.
De aquel recuerdo ya tan vago me viene tu imagen.
Éramos niños jugando en la noche entre altos árboles.
A tus ojos color miel no hacía más que estar mirándoles.
Y ahora algún beso flota y la memoria lo deshace.
Esos pulcros ojos miel que nunca olvidaré
gravitan por mi mente cual coordinado vaivén
de la imperfecta evocación que eterna viviré...
¿Fue un beso ese dulce baile de tu boca y la mía?
¿Presa soy del delirio de borrosa ensoñación?
¡No puede ser! Pues nuestros labios hicieron canción,
y el ayer nos ha dejado una agónica elegía
de lúgubre melodía muy difícil de olvidar.
Yace yerta y sólo revive en la imaginación.
Era un beso muerto que por poco alcanzó a augurar
nuestro muerto amor que murió por aquella traición.
Esos celosos ojos miel que nunca olvidaré
se pintan por mi mente cual alocado vaivén
de inexacta recordación que eterna viviré...
Y muy a pesar de la trágica muerte del beso,
de no ser más que el beso muerto de tanto pesar
yo, contra la corriente, no me permito olvidar
el tierno amor que de los mezquinos soportó el peso.
Y, bueno... al final fuiste tú, sólo tú, siempre tú,
muchacha ojos miel que sobre el ocaso me fue infiel
y prefirió recorrer el sendero junto a aquel.
El otro. El temido. El amado. El odiado... Él... y tú.
Esos perversos ojos miel que nunca olvidaré
se mecen por mi mente cual horroroso vaivén
de fugaz mortificación que eterna viviré...
