Fluye hiel y cárnica miel,
del sacrificio hedonista
de ese futuro amatista
y embriaguez de la hidromiel.
Ven antes de que se escape,
pues se derrite y huye fácil
por resquicios de existencia,
haciéndome un nuevo mártir.
No te pierdas por querer
no perderme jamás y ver
que después de ti sí hay verde.
Bienaventuranza allende
carcómeme y así despréndeme
esta angustia que me muerde.