Arcipreste de Hita

De cómo el Amor vino al Arçipreste e de la pelea que con él ovo el dicho Arçipreste

Dirévos una pelea que una noche me vino,
pensando en mi ventura, sañudo e non con vino:
un omne grande, fermoso, mesurado, a mí vino;
yo le pregunté quién era; dixo: ¡Amor, tu vecino!
 
Con saña que tenía, fuilo a denostar;
díxel: ¡Si Amor eres, non puedes aquí estar:
eres mentiroso falso en muchos enartar;
salvar non puedes uno, puedes çient mill matar!
 
Con engaños e lisonjas e sotiles mentiras,
enpoçonas las lenguas, enervolas tus viras;
al que mejor te sirve, a él fieres quando tiras,
párteslo del amiga al omne que aíras.
 
Traes enloqueçidos a muchos con tu saber,
fázesles perder el sueño, el comer y el bever,
fazes a muchos omes tanto se atrever
en ti fasta que el cuerpo e el alma van perder.
 
Non tienes regla çierta nin tienes en ti tiento:
a las vegadas prendes con grand arrevatamiento,
a vezes poco a poco con maestrías çiento:
de quanto yo te digo, tú sabes que non miento.
 
Desque los omnes prendes, non das por ellos nada,
tráeslos de oy en cras en vida muy penada;
fazes, al que te cree, lazar en tu mesnada,
e, por plazer poquillo, andar luenga jornada.
 
Eres tan enconado que, do fieres de golpe,
non lo sana mengía, enplasto nin xarope;
non sé fuerte nin reçio, que se contigo tope,
que noAl debatas luego, por mucho que se enforçe.
 
De cómo enflaquezes las gentes e las dapñas,
muchos libros ay d’esto, de cómo las engañas
con tus muchos doñeos e con tus malas mañas;
sienpre tiras la fuerça, dízenlo en fazañas:
Préféré par...
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