A través de la paz del agua pura,
el sol le dora al río sus verdines;
las hojas secas van, y los jazmines
últimos, sobre el oro a la ventura.
El cielo, verde, en la más libre altura
de su ancha plenitud, deja los fines
del mundo en un extremo de jardines
de ilusión. ¡Tarde en toda tu hermosura!
¡Qué paz! Al chopo claro viene y canta
un pájaro. Una nube se desvae
sin color, y una sota mariposa,
luz, se sume en la luz... y se levanta
de todo no sé qué hálito, que trae,
triste de no morir aún más, la rosa.