Tierra, tierra, tierra, tierra. Y ahora yo, yo, yo, yo. ¡Cielo puro, día libre, sostenedme en mi ilusión!

Días negros cual los días de parada indiferencia de dios antecreador. (Todo duro, entero todo, en mole de un orden negro,

A todas mis llamadas has respondido con un eco lento… Pero, ¿en dónde estás tú mujer que… en dónde estás que no te veo? —Jardín de las memorias inefables,

Sólo eres tú (aquella tú) cuando me hieres.

Ya viene la primavera. ¡Lo ha dicho la estrella! La primavera sin mancha. ¡Lo ha dicho la agua! Sin mancha y viva de gloria

Suele creerse que yo escribí “Platero y yo” para los niños, que es un libro para niños. No. En, “La Lectura”, que sabía que yo estaba con ese libro, me pidió que adelantase un conjunto ...

Silencio. Sólo queda un olor de jazmín. Lo único igual a entonces, a tántas veces luego... ¡Sinfin de tanto fin!

Un momento, Platero, vengo a estar con tu muerte. No he vivido. Nada ha pasado. Estás vivo y yo contigo... Vengo solo. Ya los niños y las niñas son hombres y mujeres. La ruina acabó su ...

No sé con qué decirlo, porque aún no está hecha mi callada palabra.

Cuando el mirlo, en lo verde nuevo… vuelve, y silba su amor, embriagad… meciendo su inquietud en fresco de… nos abre, negro, con su rojo pico, carbón vivificado por su ascua,

¡Ojos que quieren mirar alegres y miran tristes! ¡Ay, no es posible que un muro viejo

Por un camino de oro van los mirlo… Por un camino de oro van las rosas… Por un camino de oro voy... ¿Adónde, otoño? ¿Adónde, pájaros y flores?

Esta tarde he ido con los niños a visitar la sepultura de Platero, que está en el huerto de la Piña, al pie del pino redondo y paternal. En torno, abril había adornado la tierra húmeda ...