Yo sé que cuando me vaya
con el alma he de volver
a esta tierra en que hoy espero.
Que no quiero con el alma
—porque el alma está en su sitio—,
y que piso con el cuerpo.
Que soñaré que el pinar
que se parecía al mío,
también tiene un pino eterno.
Yo sé que estoy, ya, esperándome
—olas, lunas, nubes, soles—
a mí mismo de este lejos.