¡Ya se arreglarán los sueños, mañana se arreglarán! ¡Hoy, a soltar y a gozar! Hoy para encontrar el amigo, para olearse en los dos ríos,

Iba tocando mi flauta a lo largo de la orilla; y la orilla era un reguero de amarillas margaritas. El campo cristaleaba

Te he dicho, Platero, que el alma de Moguer es el vino, ¿verdad? No; el alma de Moguer es el pan. Moguer es igual que un pan de trigo, blanco por dentro, como el migajón, y dorado en to...

Todas la rosas blancas de la luna… por la ventana abierta, en el cuer… Mirando aquellas carnes blandas qu… hundido entre mis sueños, yo estab… ¡Oh su sexo con luna! ¡Esencia in…

Cantan, cantan. ¿Dónde cantan los pájaros que cant… Llueve y llueve. Aún las casas están sin ramas verdes. Cantan, ca… los pájaros. ¿En dónde cantan

En el arroyo grande, que la lluvia había dilatado hasta la viña, nos encontramos, atascada, una vieja carretilla, perdida toda bajo su carga de hierba y de naranjas. Una niña, rota y su...

Mira, Platero, los burros del Que…

Dios del venir, te siento entre mi… aquí estás enredado conmigo, en lu… de amor, lo mismo que un fuego con su aire. No eres mi redentor, ni eres mi ej…

La luna viene con nosotros, grande, redonda, pura. En los prados soñolientos se ven, vagamente, no sé qué cabras negras, entre las zarzamoras... Alguien se esconde, tácito, a nuestro pa...

Con la primavera mis sueños se llenan de rosas, lo mismo que las escaleras orilla del río.

¡Color que, un momento, el humo toma del sol que lo pasa; vida mía, vida mía, fugaz y coloreada!

Yo no sé cómo saltar desde la orilla de hoy a la orilla de mañana. El río se lleva, mientras, la realidad de esta tarde

En el balcón, un instante nos quedamos los dos solos. Desde la dulce mañana de aquel día, éramos novios. —El paisaje soñoliento