Este día, aquel día longevo y gritante
Que renacerá diez mil veces más
En el cuerpo de masa,
Acribilla al caminante errante.
Y si das un paso en porvenir
Fausto viene y en un sin decir
Escupe lo alto en ti.
Pero el roció te baña,
Y continuas el sendero de ópalo,
Saltando afluentes de azul mineral.
Como renacido del metal terreo
Disparas haz de luz aguazul;
Un aire de nubes de inquietud.
Hasta llegar a la cascada de montañas vírgenes,
Donde una cueva con un rojo escarlata te mira,
Y ese rojo taciturno te pregunta inmutable:
“¿están las estrellas en la fe o en la esperanza?”