Segui la ola por la playa y bajo el sol nuestras miradas se juntaban, un atardecer colmaba el valle esmerada y los curiosos hicieron de su afán gala, otra ola te trajo a mis brazos y con el mar como testigo volvimos a la ciudad cubiertos de una aurora sin sombra, persiste esta pesadez pero una fuerza me impide desfallecer, se hizo la luz!, la imagen de Dios!, una bella voz, el honor de vivir como un arlequín!. La cabeza reproduciendo un recuerdo y mi corazón bullendo, me hacen sentir que la vida siempre estuvo junto a ti, ohg el frescor de una entera satisfacción! y de golpe el olor del carmín, el adios, la abnegación me da fuerzas para poder seguir aun cuando de repente me distraigo con otras cosas que no son la revolución que quiero, se que te quiero y que pronto estare mejor.