Juan de Mena

Laberinto de Fortuna: 88

Pues vimos a Pándaro el dardo sangriento,
hermano de aquel buen arquero de Roma,
que por Menesteo la libre paloma
firió donde iva bolando en el viento,
el qual a los nervios así del amiento
contra las dóricas gentes ensaña
que toda la tregua firmada les daña,
dándoles campo de pazes esento.
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