Querida mujer inocente
cegada por el pasar de los años
sorda por tragedia
débil por vejez
Tu intento de dar un paso más
tus ojos lleno de mil palabras
y tu acto, tan noble, de querer acompañar una vez más.
Eres alegría y lucha
la felicidad de mis días
tan notable tu ausencia
y halagadora tu compañía.
Eres ejemplo,
y sorpresa;
ya que aguantas cuando no hay confianza.
Eres la pesadez incomprendida de muchos
séalo una o muchas veces más, siendo yo la excepción.
Escucho tu ladrido,
escucho tu intento,
siento tu valentía, tu esfuerzo
eres honrada por ello querida...
Acuéstate al lado mío,
que tus pesadillas serán las mías,
y mi insomnio provocara la interrupción
para acompañarme en una noche difícil
Duerme querida, duerme floricienta...