El gozo del mundo se entra
dentro de mi corazón.
¡Estrecho gozo el que cabe
en tan estrecha mansión!.
El gozo que entra en nosotros:
gozo es de mal gozador.
Quiero un gozo que me envuelva
porque él me sea mayor.
¿Qué gozo será el que traiga
tanta anchura y tanto sol?.
Dios le dijo al siervo fiel:
“Entra en el gozo de Dios”…
¡No gozos que entren en mí:
quiero un gozo en que entre yo!.