José María Pemán

La caleta

¡Ay, que dolor!
Aquel niño marinero,
moreno de brisa y sol,
aquel niño marinero
y a ratos mariscador,
aquel niño—¡ay, que dolor!—...
me lo apuntó la otra tarde.
señor alcalde mayor,
un mal guardia en su libreta.
 
¡Todo porque se bañó,
la otra tarde—¡ay, que dolor!—...
en aguas de la Caleta
desnudito como un dios!
Preferido o celebrado por...
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