Un noble marino anciano, del viento y del sol curtido abandonó, ya rendido los embates de la mar; Y no de las ondas lejos,
Cuando no quede ya ni un solo gran… de mi existencia en el reló de are… al conducir mi gélido cadáver, ¡oh!, recordad mi súplica postrera… “No lo encerréis en los angostos n…
Soñé que la mujer a quien adoro con infame perjurio me engañaba y a otro amante feliz, le abandona… de su amor el bellísimo tesoro. Soñé que apasionado, que sonoro
La aurora lucia tranquila en Orie… la luz inundaba los montes y valle… las flores abrían los pétalos leve… y a Dios saludaban trinando las av… Solté mi barquilla, y al centro de…
Vente, niña, a mi bohío vente, niña, a mi conuco ven, que ya está mi cayuco junto a la orilla del río. Abandona las murallas
Nace, vive y adelanta por la senda de la vida, y al recibir una herida la citara toma y canta; Y la turba se divierte
Por fin corazón, por fin alienta con la esperanza, que entre nubes de carmín, del horizonte la confín, ya la tierra a ver se alcanza.
Mientras errante por extraño suelo me acuerde de mi patria; mientras el santo amor de la famil… guarde mi alma; mientras tenga mi mente inspiracio…
Ella tiene la gracia seductora que a mí me enloqueció. Ella tiene, en los ojos, del lucer… la limpia irradiación. Ella tiene un hoyuelo en la mejill…
Cuando uno muere, en la tumba se queda encerrada el alma, hasta el día que en la losa rueda de amor una lágrima. El sol el llanto evapora,
Un astrónomo viendo las estrellas preguntó la razón de por qué le faltaban las más bel… a una constelación. En vano ¡e1 infeliz! se fatigaba
Puerto Rico, patria mía, la de los blancos almenares, la de los verdes palmares, la de la extensa bahía: ¡Qué hermosa estás en las brumas
Cuando no reste ya ni un solo gran… de mi existencia en el reloj de ar… al conducir mi gélido cadáver, no olvidéis esta súplica postrera: no lo encerréis en los angostos ni…
Sol espléndido y radiante en la ancha esfera sujeto; no te pregunto el secreto de tu esplendor rutilante. Ni por qué, nube distante
Hermosísima Cacica de los montes tropicales, la de la negra melena, la de los ojos muy grandes; tres lunas ha que te busco