Mujer, quiero ya huir, quiero sentirte
tan distinta, distante, adivinada,
que el tacto sea ajeno a la llegada
y aun el sueño incapaz para fingirte.
Tan lejos que no pueda orarte, herirte
—blanco de mi plegaria y mi lanzada—;
que seamos, tú, carne en ala alzada,
y yo, babel de amor por conseguirte.
¿No ves que a este velarte y revelarte
se sublevan mis brazos maniatados
en el deleite o cruz de tu presencia?
Sombra me alcanza ya de no alcanzarte,
y tengo verso y sangre preparados
para vivir la muerte de tu ausencia.
Alfredo Jiménez G.
9aNada más triste que el destino de "...y vivieron felices para siempre", es conformismo vil, frívolo invento de la burguesía superficial enamorada del confort. Un alma intrépida no se deja maniatar por esas tentaciones cotidianas. Y José García Nieto es de naturaleza temeraria. Ha de escaparse de su amante adversaria, la tornará prohibida a sus caricias, imposible de asir incluso en sueños. Renovará su anhelo la volverá el centro de sus devociones, diosa inalcanzable. Será el blanco de su cacería, seductora presa de sus acechanzas. Que la plegaria o el venablo la persigan en su libre vuelo. El Poeta tendrá tendrá listos verso y sangre para recuperarla o dejar la vida en el intento. Y vivirán unidos por la búsqueda y la huída, en un juego de amor sempiterno, mirándose a lo lejos y deseando mutuamente y en secreto que Babel llegue al Cielo.