Para las altas cumbres, alta vida.
Alta de amor. Voz alta. Alto sendero
—sierpe de fe y de luz—. Albor primero
para las altas nubes de tu huida.
Alta de brisas altas. Confundida
con el latir más alto. Alto crucero
por altas costas. Alto mastelero
para altas velas, altas de partida.
Alta de ti, ya fiebre de mis pulsos,
ofreces en tus brazos la balanza
que iguale en el cenit nuestros impulsos.
Y al alcanzar tu imagen su infinito
hay un temor a que se clave en lanza
y una ambición de que culmine en grito.