Va la brisa por valles y collados
Y cargada de aromas y silencio
No lleva entre sus alas invisibles,
Ni una voz —ni una música —ni un eco.
Pero en oscuro bosque retirado,
Patria de las dríadas y los genios,
En alto tronco suspendida encuentra
Arpa eolia de místicos acentos,
Al pasar vibra en las sonoras cuerdas
Del dulce y melancólico instrumento
Y van sus sosegadas armonías
A perderse a lo lejos!
El alma del poeta es delicada
Arpa —que cuando vibra el sentimiento
En sus cuerdas sensibles—se estremece
Y produce sus cantos y sus versos.