Un día nos veremos al otro lado de la sombra del sueñ… Vendrán a ti mis ojos y mis manos y estarás y estaremos como si siempre hubiéramos estado

Cómo se abría el cuerpo del amor h… como si fuera un pájaro de fuego que entre las manos ciegas se ince… No supe el límite. Las aguas

Hay una leve luz caída entre las hojas de la tarde. Dame tu mano y cruza de puntillas conmigo

Sentí real el pálpito de tu oscura impresencia. Supe que estabas. Te busqué. Ardía lento el fuego en los rincon…

Respiración oscura de la vulva. En su latir latía el pez del légam… y yo latía en ti. Me respiraste en tu vacío lleno

Ahora, amiga mía que una flor de papel preside el a… que el aire se deshace en dulces p… de jadeante miel en tus rodillas, ahora que no hablamos del otoño

Cae la noche. El corazón desciende infinitos peldaños, enormes galerías, hasta encontrar la pena.

Ahora no tienes, corazón, el vuelo que te llevaba a las más altas cum… Lates, reptante, entre las hojas s… del amarillo otoño. ¿Y hasta cuándo en la secreta larv…

Hay una leve luz caída entre las hojas de la tarde. Dame tu mano y cruza de puntillas conmigo

Ya baja mucha luz por tus orillas, nadie recuerda la invasión del frí… Ya los sueños no bastan para darle razón de ser a todos los suspiros. Tú cantas por el aire.

Estabas desleída en la dulzura de los secretos jugos de tu cuerpo y te llevaba el agua como a una larga cabellera verde engendrada en los limas

Convertir la palabra en la materia donde lo que quisiéramos decir no… penetrar más allá de lo que la materia nos diría si a ella, como un vientre,

Cima del canto. El ruiseñor y tú ya sois lo mismo.

En muchos tiempos tu cabeza clara. En muchas luces tu cintura tibia. En muchos siempres