Esta vieja canción que oí contigo,
y que contigo di por olvidada,
surge del fondo de la madrugada
como la voz doliente de un amigo.
[Yo se’ que la mujer que va conmigo
no puede adivinar en mi mirada
que esa canción, que no le dice nada,
le esta diciendo lo que yo no digo]
Y, al escuchar de pronto esa tonada,
comprendo la amargura de un mendigo
ante una puerta que le fue cerrada.
Pero intento reír, y lo consigo. . .
como si no me recordara nada
esta vieja canción que oí contigo.