Tendrá que suceder, hoy o mañana,
en cualquier parte y de cualquier manera,
—puede ser que bajando una escalera
o puede ser que abriendo una ventana.
Sucederá tal día de semana,
sencillamente, sin llover siquiera,
en el banco de un parque en primavera
o en un hotel de una ciudad lejana.
Así sucederá, como un espejo
que se queda de pronto sin reflejo,
porque crece la sombra o porque sí.
Irá de puerta en puerta un viento loco,
y tú también te morirás un poco
con algo tuyo que se muere en mí...