Compañera, compañera,
le vengo a pedir la mano:
me dieron tres puñaladas
amores que me engañaron;
usted que todo lo tiene
tendrá que darme la mano.
Compañera, compañera,
me arrodillo ante una ingrata:
se me acabaron las fuerzas
y por poquito me matan;
usted que adora al que sufre
comprenda mi serenata.
Pero si su orgullo la va a traicionar
y ni de mi nombre se quiere acordar,
aunque sea por un ratito
yo me quiero en sus ojos mirar.
Compañera, compañera,
aquí comienza mi vida:
déjeme usted que la quiera
pa’ que se mueran de envidia
que el fin yo soy hombre libre
y usted no está comprometida.
Compañera, compañera,
le estoy hablando derecho:
el alma nunca se quiebra,
por dios que no estoy deshecho
y aquel amor que le tuve
aquí lo traigo en mi pecho.
Pero si su orgullo la va a traicionar
y ni de mi nombre se quiere acordar,
aunque sea por un ratito
yo me quiero en sus ojos mirar.