José Alfredo Jiménez
Adoración, mi vida,
te fui queriendo con toda el alma.
Muchacha consentida,
tú eres la causa de que yo valga.
 
Cuando me estás besando
me vuelves otro con tu cariño,
pero cuando me dejas
me voy llorando
como si fuera niño.
 
Cuando en tus ojos verdes
me estoy mirando,
me vuelvo loco
y me voy enredando entre tu pelo negro
poquito a poco.
 
Adoración, mi vida,
muchacha consentida,
cariño del cariño,
desde que tú me quieres
se me llena de rosas mi desierto camino.
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