José Agustín Goytisolo

Digo: comience el sendero a serpear...

Digo: comience el sendero a serpear
delante de la casa. Vuelva el día
vivido a transportarme
lejano entre los chopos.
 
Allí te esperaré.
 
Me anunciará tu paso el breve salto
de un pájaro en ese instante fresco y huidizo
que determina el vuelo,
y la hierba otra vez como una orilla
cederá poco a poco a tu presencia.
 
Te volveré a mirar, a sonreír
desde el borde del agua.
Sé lo que me dirás. Conozco el soplo
de tus labios mojados:
tardabas en llegar. Y luego un beso
repetido en el río.
 
De nuevo en pie siguiendo tu figura
regresaré a la casa lentamente
cuando todo suceda.

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