Montones de supervivientes Miran el mundo delos vivos, Que con sus barcos y sus puentes Intentan servirles de estribos. Después de aflicción y trabajo,

Es alegre la hierba entre las teja… ¡Qué importan las persianas De penumbra impaciente, Y la fatalidad a plomo ante estas… Y ese muro con ansia de ventanas,

Luce sobre el mantel, más blanco a… El cristal —más desnudo. Yo al amarillo ruboroso acudo. Para mí se colora. Fruta final. Un rayo se recrea

¡Beato sillón! La casa corrobora su presencia con la vaga intermitencia de su invocación en masa a la memoria. No pasa

Íntima y dúctil, la sombra aguarda… Sobre las piedras y sobre las brañ… Se junta. ¿Fin? El silencio recib… Los sones menguantes del mundo. P… Nada se pierde. La tierra en su s…

Te besaré, total Amor, te besaré —En torno a su retiro tan continua… Hasta rendir por ímpetu de súplica… —Sin una nube el cielo sueña con u… A su más fervorosa crisis favoreci…

Después de aquella ventura Gozada, y no por suerte Ni error —mi sino es quererte, Ventura, como madura Realidad que me satura

Un resto de crepúsculo resbala, Gris de un azul que fue feliz. ¿C… Nuestra? La claridad final, melli… Del filo, hiere al bosque: fronda… Cae talando el sol. ¡Cruel la tal…

¡Damas altas, calandrias! Junten su elevación algazara y montaña, todavía crecientes gracias a la mañana

No más desgana displicente. Que el maravilloso deseo Te impulse por la gran pendiente Donde triunfarás como Anteo No hay contacto que desaliente.

Miro hacia atrás, hacia los años,… Y se me ahonda tanta perspectiva Que del confín apenas sigue viva La vaga imagen sobre mis espejos. Aun vuelan, sin embargo, los vence…

Riguroso horizonte. Cielo y campo, ya idénticos, Son puros ya: su línea. Perfección. Se da fin A la ausencia del aire,

El aire se serena, Por claridad regala más espacio, Maestro, cuando suena La lira que a tu Horacio No fue más fiel ni dio más gloria…

Pelados, tristemente naturales, en inmovilidad de largas crines desgarbadas, sumisos a confines abalanzados por los herbazales, unos caballos hay. No dan señales

Dije: Todo ya pleno. Un álamo vibró. Las hojas plateadas Sonaron con amor. Los verdes eran grises,