#Cántico #EscritoresEspañoles #Generación27 (1919-1950)
Sobre el hombro solitario, Tan ligero de tan, duro, (Mira a la aurora en apuro. Fuga del lirio precario) Guarda luces de un acuario,
Luce sobre el mantel, más blanco a… El cristal —más desnudo. Yo al amarillo ruboroso acudo. Para mí se colora. Fruta final. Un rayo se recrea
Alguna vez me angustia una certeza… y ante mí se estremece mi futuro. Acechándolo está de pronto un muro del arrabal final en que tropieza la luz del campo. ¿Mas habrá trist…
Tiempo en profundidad: está en jar… Mira cómo se posa. Ya se ahonda. Ya es tuyo su interior. ¡Qué tras… de muchas tardes, para siempre jun… Sí, tu niñez: ya fábula de fuentes…
En torno el crimen absoluto. vulgo, el vulgo más feroz, era un delirio de vulgaridad que llega a ser demente,
Mis manos y mis labios y mis ojos rehacen con creciente embeleso próximo al éxtasis, activo sin embargo,
Respiro, Y el aire en mis pulmones Ya es saber, ya es amor, ya es ale… Alegría entrañada Que no se me revela
Mañana, mañana clara: ¡si fuese yo quien te amara! Paso a paso en tu ribera, yo seré quien más te quiera. Hacia toda tu hermosura
Pasa el tiempo y suspiro porque pa… aunque yo quede en mí, que sabe y… y no con el reloj, su marcha lenta —nunca es la mía—bajo el cielo ras… Calculo, sé, suspiro —no soy caso
Jamás cesó ni ha de cesar la lluvi… que es fuego material para martiri… del alma y de la carne rediviva. Los pies del condenado nunca cesan de avanzar por su circulo arenoso
Aire: nada, casi nada, O con un ser muy secreto, O sin materia tal vez, Nada, casi nada: cielo. Con sigilo se difunde,
Llegó la sangre al río. Todos los ríos eran una sangre, Y por las carreteras De soleado polvo —O de luna olivácea—
Después de aquella ventura Gozada, y no por suerte Ni error —mi sino es quererte, Ventura, como madura Realidad que me satura
¡Cima de la delicia! Todo en el aire es pájaro. Se cierne lo inmediato Resuelto en lejanía. ¡Hueste de esbeltas fuerzas!
El vaivén de la esquila De la oveja que pace... En su punto la tarde: Fina monotonía. ¡Polvareda de calma,