Joel Fariñez

A La Humanidad

A La Humanidad
 
Una lluvia azul dorada, fragante, tersa y musical,
quiero con mis letras dedicarle a la valiosa Humanidad,
para así sembrar una semilla de luz viva en cada alma sedienta y con hambre de soñar,
para cultivar luceros perlados en cada vida silente y solar.
 
El principio del respeto, joya lumínica y sin igual,
principio que nace del amor al prójimo, amor sincero y especial,
hálito que nutre la confianza plena en nuestro diario caminar,
virtud que abre las puertas de la admiración, del honor y la amistad.
 
El principio del amor, llama refrescante y crepuscular,
esencia que fluye en latidos armoniosos de música colorida y celestial,
el amor vivo y verdadero es tinta de canciones con estrellas y viento nocturnal,
amor, poder transformador de cada historia que se impregna de su toque primaveral.
 
El principio de la verdad, corriente luminosa que abre senderos en la obscuridad,
corriente que disipa las tinieblas maliciosas de la mentira y de la maldad,
flor de luz perpetua y necesaria en cada alma hambrienta de triunfar,
verdad, espada que derrota a la insolencia y falta de probidad.
 
El principio de la fidelidad, poder maravilloso lleno de eternidad,
poder que construye puentes de cariño y amor perdurable,
poder que construye la vida que todos queremos soñar,
fidelidad, fuego aromático y vibrante que alimenta la unión, la confianza y la paz.
 
El principio de la justicia, destello de savia sanadora y excepcional,
brisa cristalina y poderosa que destruye las barreras crueles de la iniquidad,
alivio delicioso de aquellos cautivos del sufrimiento y de una injusta realidad,
anhelo en cada momento en los corazones con ganas de luchar y de amar.
 
El principio de la sabiduría, herramienta de excelencia y de sello magistral,
tesoro que despliega sus fulgores poderosos y que destruyen a las huellas de la necedad,
recurso sumamente valioso, magnífico para amar, crear y fluir en corrientes de felicidad,
néctar generador de virtudes y de cosechas maravillosas para disfrutar.
 
El principio del bien, sol refrescante, intenso y glorioso,
sol que esparce su lluvia de fuego vivificante, virtuoso y señorial,
sol cuyo núcleo es el amor, la ternura, la vida y la bondad,
todo lo cual es el reflejo perfecto de la Santa y Eterna Divinidad.
 
Estos siete principios a la Humanidad quiero recordar,
pues casi nunca son tendencia, ni asunto o tópico viral,
principios que siempre serán necesarios sembrar,
principios que siempre habrá de ser recompensados por nuestro Padre celestial.
 
Autor: Joel Fariñez
Venezuela Caracas
Derechos reservados de autor
04 mayo de 2023
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