Parte de la obra "Sentimientos de un Mamut"
VI la luna en tus ojos, y te ecli… Sentí el calor en tus besos, y te… Olí un jardín en tu cuello, y te m… Sentí el regazo en tu seno, y te c… ¿Qué y quién soy? ¿Quién y en qué…
Suena la casa lejana, encerrada y… en un leve bochorno se esconde de… Del vecino, canta la blanca casa, es tímida, a penas si se oye, pero… Pasan los oyentes sin oír, y se po…
Fuimos 250. Fuimos sangre, fuimos verdor. Fuimos opresión. Tras la amplia ventana transparente de racionalidad, de una actitud racial, se escondía tu miserable e inevitable plan, honora...
Cuando el alcohol sepa mejor que t…
En el porvenir me pegaré a las ave… me haré una miga de arena a la ori… fluiré cual lágrima sobre alguna l… seré de madrugada el principado ar… ¡Me haré silencio en la foresta su…
No sé lo que ya pasó en estos años…
Hoy, me he despertado de madrugada. Y sí, has aparecido entre las cobijas que me albergaban. Y sí, has sido la fresca brisa que empapa los sueños aún esponjados que los párpados pesados...
¿Te has preguntado por qué no has… Nadie es merecedor de dicha funció… Lluvia cálida de mejillas, máquina… Cuando una flor se abre, lo hace p… Y tú abres el cielo para que él re…
Decidimos escribir una carta en nuestros labios. Un beso. Lugar y fecha no se plasman. No importan. Son números nada más. En cambio, conviertes a verso el tambaleo de tus pies sobre el ...
Tanto, que rojo se tiñó el espacio… resbaladas y frías, las gotas cont… preocupada, desolada y pintada, comenzó a dudar qué era lo que la… Pensó que sus gotas eran las culpa…
Quiero ver más allá de unos simple… deseo tocar más allá de una bufand… tengo que cantar más allá de donde… aferro MI vida a tus caprichos ta… No creo que haya más que mirarte d…
El olor de la geosmina se juntaba por debajo de mi nariz ya húmeda. Mis pezones estaban duros, indicando que habían estado demasiado tiempo expuestos al aire helado y húmedo de una lluv...
Se escuchan los pasos que doy sobre la acera. Crujen por debajo de mis zapatos los resquicios de mis antepasados. Me condeno a seguirlos. De pronto, me lo imagino. No me imagino, como c...
Me puse a delinear el contorno de… me limité a gemir una carcajada, h… las ramas de tu pelo, trozando nub… mientras lagos de mejillas se vací… Creí, y solía pensar, tan equivoca…
Me habló. Estaba yo dormido, pensando preocupado en la hora en la que vendría a perturbarme y me habló. Su susurro, ahogado entre el azote del viento contra mi ventana, se transformaba...