Recorrí varias montañas buscando tus oídos y te llamaba para no perder mi paso ni el recuerdo de tu voz velada, se hizo de noche en tu jardín y palidecí y me encontré entre tantas aventuras impregnado de un perfume a mujer y cuando caí me hizo fuerte la melancolía y por fin vencí en mi propia lucha hasta que te encontré en mi soledad y volví a mi hogar en donde la cruzada tomo forma de una locura hasta que se me hizo una buena escritura.