#EscritoresMexicanos (1922) (1923) Canciones Canciones Nuevas y
Todos, con el crepúsculo cercano piden fuego a mi lámpara y se van, y el viento de la puerta que entre… esparce las cenizas del hogar; tú que nada pediste y que no veo,
Hasta qué parte de mí mismo tendré que ir para encontrar el secreto de tu belleza y la verdad de tu bondad? ¿Qué fuerza oscura y tumultuosa
Cuando hay alguien que implora de… yo le ofrezco mi amor; ¿qué pudiera decirle, yo que vivo… y de mí propio, espectador? Ha de llegar un día en que mi boca…
Tener, al mediodía, abiertas las v… del patio iluminado que mira al co… Oler un olor tibio de sol y de man… Decir cosas sencillas: las que ins… Beber un agua pura, y en el vaso p…
Y sin embargo, entre la noche inme… con que me ciñe el luto en que te… aflora ya una luz en cuyo azoro una ilusión de aurora se condensa. No es el olvido. Es una paz más t…
Vas a llorar pronto. Ya el cielo se hace chiquito en tus ojos.
Nunca me cansará mi oficio de homb… Hombre he sido y seré mientras exi… Hombre no más: proyecto entre proy… boca sedienta al cántaro adherida, pies inseguros sobre el polvo ardi…
Palabra musical y enternecida, sonrisa de la luz entre las lágrim… eso, mi poesía... ¡Y —más alto—tu alma!
Transparencia del alma. Transparencia del ser que la rodea… Para verla hasta el fondo, basta u… Riendo te pareces a todas las que… mas, llorando, eres tú... Nada es…
No nos diremos nada. Cerraremos l… Deshojaremos rosas sobre el lecho… y besaré, en el hueco de tus manos… la dulzura del mundo, que se va, c…
No has muerto. Has vuelto a mí. L… sepultaron los hombres, no te enci… porque yo soy tu verdadera fosa. Dentro de esta inquietud del alma… que me diste al nacer, sigues en g…
Enterrado vivo en un infinito dédalo de espejos, me oigo, me sigo, me busco en el liso
Nos hemos bruscamente desprendido y nos hemos quedado con las manos vacías, como si una… se nos hubiera ido de las manos; con los ojos al suelo,
A través de las frases que dices adivino las que callas como, bajo los versos de un pergamino antiguo, —mal borr… por la mano del monje
Me tuviste miedo. Me había pintado, en las rosas, de rojo los dedos.