Uno es el hombre. Uno no sabe nada de esas cosas que los poetas, los ciegos, las ra… llaman “misterio”, temen y lamenta… Uno nació desnudo, sucio,

Se dice, se rumora, afirman en los salones, en las fiestas, alguien o algunos enterados, que Jaime Sabines es un gran poeta. O cuando menos un buen poeta. O un poeta decente, valioso. O...

Te quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia. Pero a las dos de la tarde, o a...

¡Qué costumbre tan salvaje esta de enterrar a los muertos!, ¡de matarlos, de aniquilarlos, de borrarlos de la tierra! Es tratarlos alevosamente, es negarles la posibilidad de revivir. Y...

La procesión del entierro en las calles de la ciudad es ominosamente patética. Detrás del carro que lleva el cadáver, va el autobús, o los autobuses negros, con los dolientes, familiare...

He aquí que estamos reunidos en esta casa como en el Arca de N… Blanca, Irene, María y otras much… Jorge, Eliseo, Oscar, Rafael... Vamos a conocernos rápidamente

Tu cuerpo está a mi lado fácil, dulce, callado. Tu cabeza en mi pecho se arrepient… con los ojos cerrados y yo te miro y fumo

Lento, amargo animal que soy, que he sido, amargo desde el nudo de polvo y ag… que en la primera generación del h… Amargo como esos minerales amargos

(Noviembre 27) ¿Será posible que abras los ojos y… ahora? ¿Podrás oírnos? ¿Podrás sacar tus manos un momento…

Miss X, sí, la menuda Miss Equis… llegó, por fin, a mi esperanza: alrededor de sus ojos, breve, infinita, sin saber nada. Es ágil y limpia como el viento

Un año o dos o tres, te da lo mismo. ¿Cuál reloj en la muerte?, ¿qué ca… incesante, silenciosa, llama y lla… ¿qué subterránea voz no pronunciad…

Los amorosos callan. El amor es el silencio más fino, el más tembloroso, el más insoport… Los amorosos buscan, los amorosos son los que abandonan…

Mientras los niños crecen y las ho… tú, subterráneamente, lentamente,… Lumbre enterrada y sola, pabilo de… veta de horror para el que te esca… ¡Es tan fácil decirte “padre mío”

En la sombra estaban sus ojos y sus ojos estaban vacíos y asustados y dulces y buenos y fríos. Allí estaban sus ojos y estaban

—Estábamos en el paraíso. En el paraíso no ocurre nunca nada. No nos conocíamos. Eva, levántate. —Es de día, pero aún hay estrellas. El sol viene de lejos hacia nosotros y empiezan a g...