Fugaz
No se debe inmortalizar absolutamente nada.
No quiero pensar
en lo que pensaba hace un tiempo,
si lo hiciera,
ni me reconocería en las ideas.
La carga histórica y
simbólica
con la que se puede inmortalizar
un instante
me es contraproducente,
yo no quiero volver
al recuerdo doloroso,
juro que ya aprendí de el,
ya no quiero volver a los amores
qué no se dieron,
imposibles y fugaces.
Las ideas que no surgieron,
me ayudaron a construir otras
con las que aprendí.
Quiero la impermanencia
y la mortalidad de las cosas que
se tienen que marchar,
qué se olvidan,
que navegan en
un rincón apartado
del subconsciente.