Sin el calor de aquella primavera
donde adunan recuerdos sumergidos,
de esa existencia, loca aventurera,
con su eufórico mural conocido.
Emigran esos futuros inciertos
que fueron esas semillas plantadas;
instando a los matices sin regreso
los refugios que fueron añoranzas.
De poco a poco, se esfuma la vida
como si fuere esponja estrangulada,
paso a paso, está será cumplida
aunque tenga la ruta entrecortada.
Cuando la voz nos quede silenciada,
venciendo los céfiros otoñales,
y allí... esa luz se encuentre en otros lares
quedando ese fragor de caminante.
Hugo Blair M.