Hoy no puedes leerme
porque escribo de un mañana.
Hoy no puedes escucharme
porque hablo en un lenguaje del mañana.
Hoy no me lees porque
escribí cuando escribiré sin—nunca—estar
escribiendo: no escribo, ni hablo: diré.
Y al mañana no llegarse nunca: no llego.
Y en el hoy nunca quedarse: ni me quedo.