Íbamos, hora gentil en risas,
sobre nuestros pies ingrávidos,
íbamos, como va la mano a la marca de la tiza
hecha polvo
y renunciábamos, así como al camino,
al pasado,
dos en dos, al detenernos, cuatro...
nuestra suma daba uno
y uno daba todo;
iban, como íbamos, los ambos,
que en la bifurcación
se hallaba el otro,
ese que escondimos y solitario
iría sin risa,
sin prisa,
ordinario