#Andaluces #Españoles #Sevillanos #SigloXIX #RimasYLeyendas
Porque son, niña, tus ojos verdes como el mar, te quejas; verdes los tienen las náyades, verdes los tuvo Minerva, y verdes son las pupilas
#RimasYLeyendas
Llegó la noche y no encontré un asilo; ¡y tuve sed!... Mis lágrimas bebí; ¡y tuve hambre! ¡Los hinchados ojos cerré para dormir! ¡Estaba en un desierto! Aunque a mi oíd…
Mi vida es un erial, flor que toco se deshoja; que en mi camino fatal alguien va sembrando el mal para que yo lo recoja.
Su mano entre mis manos, sus ojos en mis ojos, la amorosa cabeza apoyada en mi hombro. ¡Dios sabe cuántas veces,
–Yo soy ardiente, yo soy morena, yo soy el símbolo de la pasión; de ansia de goces mi alma está llena; ¿a mí me buscas? –No es a ti, no. –Mi frente es pálida; mis trenzas, de or…
Sabe si alguna vez tus labios rojos quema invisible atmósfera abrasada, que el alma que hablar puede con los ojo… también puede besar con la mirada.
¿A qué me lo decís? Lo sé: es mudable, es altanera y vana y caprichosa; antes que el sentimiento de su alma, brotará el agua de la estéril roca. Sé que en su corazón, nido de sierpes,
Cuando sobre el pecho inclinas la melancólica frente, una azucena tronchada me pareces. Porque al darte la pureza
Podrá nublarse el sol eternamente; Podrá secarse en un instante el mar; Podrá romperse el eje de la tierra Como un débil cristal. ¡todo sucederá! Podrá la muerte
La gota de rocío que en el cáliz duerme de la blanquísima azucena, en el palacio de cristal en donde vive el genio feliz de la pureza. Él le da su misterio y poesía,
Entre el discorde estruendo de la orgía acarició mi oído, como nota de música lejana, el eco de un suspiro. El eco de un suspiro que conozco,
Nuestra pasión fue un trágico sainete en cuya absurda fábula lo cómico y lo grave confundidos risas y llanto arrancan. Pero fue lo peor de aquella historia
Si al mecer las azules campanillas de tu balcón crees que suspirando pasa el viento murmurador, sabe que, oculto entre las verdes hojas,
¡No me admiró tu olvido! Aunque de un d… me admiró tu cariño mucho más, porque lo que hay en mí que vale algo, eso... ¡ni lo pudiste sospechar!
Como guarda el avaro su tesoro, guardaba mi dolor; yo quería probar que hay algo eterno a la que eterno me juró su amor. Mas hoy le llamo en vano, y oiga al tiem…