Guirleth Campillo

El Orgasmo

Heme aquí otra vez, hablando con las Estrellas y los Dioses. Desde que planeo el encuentro mi sangre su temperatura comienza a elevar, aún no llegas, y ya estoy envuelta en humedad.

Te veo, te escucho, te empiezo a sentir y mi corazón ha comenzado a latir. Enciende la luz, que no quiero perderme ningún detalle de ti…

Te sientes c-a-l-i-e-n-t-e, aahhhmm. Ahora somos uno solo, en este momento ya no sé cuál es mi cuerpo y cuál es el tuyo. Hemos conectado, estamos tocando lo sagrado, nuestros espíritus se están comunicando. Creo que me he encontrado y ¡ahí estás tú!, woow… ¡alcanzo a ver tu alma!, ¡es hermosa!, transparente, ella no guarda apariencias, ni tiene orgullo ni inseguridades o desprecio. Y…

¡Mi sangre corre tan fuerte que siento va a estallar! Uff.. Me empiezo a retorcer sin voluntad, sin control. Los vellos de mi cuerpo uno por uno se van erizando, los puedo sentir, mi piel se está enchinando ¡Tócame!, ¡siéntelo! Como una descarga eléctrica, una corriente de energía entra entre mis piernas súbitamente y en milésimas de segundos pasa por mi vientre, atraviesa mi ombligo, sube por mis brazos, mi pecho, clavícula y culmina en mis hombros, Zzzz.. ¡Fascinante!

¡Ya no aguanto más! Mi cuerpo empieza a temblar, gotas de sudor como cuentas de cristal recorren mi espalda, bajan una a una por el camino que sigue mi columna, mi cabeza se inclina hacia atrás como si quisiese al resto del cuerpo abandonar, mis manos te aprietan, se aferran a ti, mis piernas se cierran, anhelan la salida sellar, no te quieren dejar escapar; de mis ojos brotan lágrimas de placer. Tus pupilas dilatadas están clavadas en mí, te veo esbozar una sonrisa perpleja radiante, tus mejillas se pintan como el rubor de un rubí y siento tus dedos navegando por ahí, ¡ay! ¡Creo que voy a gritar! Se contrae, se contrae, ¡voy a gritar!: ¡¡AARGHHHH!!

Ahora todos mis músculos contraídos están, no los puedo controlar, tengo pequeñísimos calambres, aquí y allá, y ¡cosquillas! Las puedo percibir hasta en las yemas de mis dedos y aquí viene, ¡otra vez!

En un disparo de adrenalina como montada en un cohete atravieso el techo, el cielo, las nubes, la atmósfera, el espacio… Ahora estoy en Marte, tal vez en Júpiter, la Luna o Plutón. Quizás en una estrella, un asteroide o hasta en otra galaxia, who knows.

Ya no siento mi cuerpo, este es un viaje astral estoy segura. FUCK! ¡Me muero!, creo que mi corazón se detuvo, pero qué importa, si podría morir en este momento, el temor no me invade, me siento como nunca, plena, contenta, eufórica, soy pura energía, como si flotara en el espacio. Aquí no hay materia, no existe pasado o futuro, ira, tristeza o preocupaciones y creo que veo a Dios.

De repente me encuentro en mi cama otra vez, de nuevo tu corriente de energía me despega y … ¡estoy segura que ese es Dios!

Y así una y otra y otra vez y en la vez número quince me aseguro de tocarlo, a Dios.

Ahora el que tiembla eres tú, tú piel está enchinada, tus vellos erizados, escucho tus gemidos, oigo tus latidos y también tu grito. De nuevo, aquí vienen, esas contracciones incontrolables que se multiplican en la complicidad y sincronía de ambos. ¡AHHHHHHHH!... ¡explotamos!  Yo, por enésima vez. Y mi sonrisa de estúpida…

¡No!, ¡No lo saques aún! Ay por Dios, no me había percatado, ¡tu pelvis está empapada!

Espérame amor mío, que ya no sé si estoy aquí o allá, si al menos estoy consiente, necesito muchos minutos para regresar, te escucho hablar, pero tengo que oírte roncar, no, no me voy a sentir mal, ¿no ves que en este momento despegado mi cuerpo de mi mente está? Déjame suspirar…

Ven, acuéstate a mi lado y siente como cada uno de los dedos de mis manos bajo el efecto hipnótico aún, danza con vida propia explorando cada poro de tu piel, bañándote en caricias y duerme, duerme que aunque estés dormido en unos minutos, eufórica me dispongo a comerte con tiernas lamidas y besos.

¡Qué bonito es hacer el amor en el cielo, en las alturas!, ¡llévame a volar!

GUIRLETH

(2015)

Dedicado al único hombre con el que no he andado, del que no me he “enamorado”
pero con el que mejor me la he pasado, a lo largo de muchos muchísimos meses.

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