#Camagüeyanos #Cubanos #SigloXX #1931 #SóngoroCosongo
Cerca de ti, ¿por qué tan lejos ve… ¿Por qué noche decir, si es mediod… Si arde mi piel, ¿por qué la tuya… si digo vida yo, ¿por qué tú muert… Ay, ¿por qué este tenerte sin tene…
Vino usted de tan lejos, y yo, sin esperarla sabiendo que vendría. ¿Qué hacer, si apenas puedo verla al paso del viento,
Hacia China quisiera partir, para hablar con el viejo dragón... —¿Con el viejo dragón? Es inútil partir: El dragón ha partido en avión.
Esta mujer angélica de ojos septen… que vive atenta al ritmo de su san… ignora que en lo hondo de ese ritm… un negro el parche duro de roncos… Bajo la línea escueta de su nariz…
Quemaste la madrugada con fuego de tu guitarra: zumo de caña en la jícara de tu carne prieta y viva, bajo luna muerta y blanca.
¡Qué vida la que vivimos en estos años de muerte! ¡Qué vida la que morimos! El ojo del policía, abierto de noche y día.
Mi patria es dulce por fuera, y muy amarga por dentro; mi patria es dulce por fuera, con su verde primavera, con su verde primavera,
El negro junto al cañaveral. El yanqui sobre el cañaveral. La tierra
Te voy a beber de un trago, como una copa de ron; te voy a echar en la copa de un son, prieta, quemada en ti misma,
¿Po qué te pone tan brabo, cuando te dicen negro bembón, si tiene la boca santa, negro bembóm? Bembón así como ere
¿Lejos? Hay un arco tendido que hace viajar la flecha de tu voz. ¿Alto?
Ana María, la trenza que te cae sobre el pecho, me mira con ojos de serpiente desde su piel torcida.
¡Ay que linda mi bandera, mi banderita cubana, sin que la manden de afuera, ni venga un rufián cualquiera a pisotearla en La Habana!
Muerto de fatiga y sueño, vuelve un soldado del monte. Labio duro, duro ceño. ¡Qué lejos el horizonte donde el hierro lo desciña
Látigo, Sudor y látigo. El sol despertó temprano Y encontró al negro descalzo, Desnudo el cuerpo llagado,