¿Qué es lo que la gente come, qué es lo que come la gente, un menú que al Presidente puede que a la larga embrome? ¿Qué, con la cara mohina,

Canto para matar a una culebra. ¡Mayombe—bombe—mayombé! ¡Mayombe—bombe—mayombé! ¡Mayombe—bombe—mayombé! La culebra tiene los ojos de vidri…

Ya yo me enteré, mulata, mulata, ya sé que dise que yo tengo la narise como nudo de cobbata. Y fíjate bien que tú

Para Cándido Portinari, la miel y el ron, y una guitarra de azúcar, y una canción y un corazón.

En los dientes, la mañana, y la noche en el pellejo. ¿Quién será, quién no será? —El negro. Con ser hembra y no ser bella,

Tendida en la madrugada, la firme guitarra espera: voz de profunda madera desesperada. Su clamorosa cintura,

Tengo del Rin, del Ródano, del E… tengo los ojos llenos; tengo del Tíber y del Támesis, tengo del Volga, del Danubio, tengo los ojos llenos.

La vida empieza a correr de un manantial, como un río; a veces, el cauce sube, a veces, el cauce sube, y otras se queda vacío.

Por el Mar de las Antillas (que también Caribe llaman) batida por olas duras y ornada de espumas blandas, bajo el sol que la persigue

La policía (paso de alfombra y ojo de gato) mira en la sombra. Vigila el gato.

De tus manos gotean las uñas, en un manojo de diez uva… Piel, carne de tronco quemado, que cuando naufraga en el espejo,…

Como el conocido señor Jourdain, que a los cuarenta años aprende de su profesor de filosofía que ha estado hablando en prosa sin saberlo, bien pudiera decirse que no pocos prosistas, y ...

¡Ay, pobre doña María, ella que no sabe nada! Su hijo, el de la piel manchada, a sueldo en la policía. Ayer, taimado y sutil,

Una paloma cantando pasa: —¡Upa, mi negro, que el sol abrasa! Ya nadie duerme,