Canto para matar a una culebra. ¡Mayombe—bombe—mayombé! ¡Mayombe—bombe—mayombé! ¡Mayombe—bombe—mayombé! La culebra tiene los ojos de vidri…

Como la nieve cae aquí, nieva también dentro de mí. (Verlaine con nieve, ¿no es así?) De ti me acuerdo –ya sin ti. ¿A qué llorar, me digo yo,

Por el Mar de las Antillas anda un barco de papel: Anda y anda el barco barco, sin timonel. De La Habana a Portobelo,

Sombras que sólo yo veo, me escoltan mis dos abuelos. Lanza con punta de hueso, tambor de cuero y madera: mi abuelo negro.

La rumba revuelve su música espesa con un palo. Jengibre y canela... ¡Malo!

Oh llanura materna, tierra mía, ancho cuero de toro, seco y duro: Ni un monte tienes de granito puro que interrumpa tu tensa geografía. ¿Ni un monte tienes de granito pur…

Ya yo me enteré, mulata, mulata, ya sé que dise que yo tengo la narise como nudo de cobbata. Y fíjate bien que tú

Para hacer esta muralla, tráiganme todas las manos: los negros, sus manos negras, los blancos, sus blancas manos. Ay,

Camina, caminante, sigue; camina y no te pares, sigue. Cuando pase por su casa

El alma vuela y vuela buscándote a lo lejos, Rosa tú, melancólica rosa de mi recuerdo. Cuando la madrugada

¡Ay, pobre doña María, ella que no sabe nada! Su hijo, el de la piel manchada, a sueldo en la policía. Ayer, taimado y sutil,

¿Qué sé yo de boxeo, yo, que confundo el jab con el upp… Y sin embargo, a veces sube desde mi infancia como una nube inmensa desde el fon…

No porque hayas caído tu luz es menos alta. Un caballo de fuego sostiene tu escultura guerrillera entre el viento y las nubes de la…