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Sobre el césped los árboles me hab… del divino poema del silencio. La noche me sorprende sin sonrisas… revolviendo en mi alma los recuerd…
Una y una, dos. Dos y una, seis. El pobre burrito contaba al revés. ¡No lo sabe!
El dolor envejece más que el tiemp… este dolor dolor que no se acaba, y que te duele todo todo todo sin dolerte en el cuerpo nada nada… A tantos días de dolor se muere un…
En las noches claras, resuelvo el problema de la soledad… Invito a la luna y con mi sombra s…
Escribo sin modelo a lo que salga, escribo de memoria de repente, escribo sobre mí,
Cuando se quiere a una persona, te duele que le duela, te cansa que se canse, te agota que se agote, te entristece que se entristezca,
La gente dice: «Pobres tiene que haber siempre» y se quedan tan anchos tan estrechos de miras, tan vacíos de espíritu,
Dediqué mi libro Dediqué mi libro a una niña de un… y le gustó tanto, que se lo comió.
El gato Pirracas estaba helado, el gato Pirracas vivia en el tejado. La gata Timotea
Soy alta; en la guerra llegué a pesar cuarenta kilos. He estado al borde de la tuberculo… al borde de la cárcel,
El amor te convierte en rosal y en el pecho te nace esa espina robusta como un clavo donde el demonio cuelga su uniform… Al tocar lo que amas te quemas los…
Estoy triste... y no sé por qué; he bebido amor, y aún tengo sed. Estoy sola... y no sé por qué quisiera saberlo,
Yo como Tú comes El come Nosotros comemos Vosotros coméis
El corazón de la Tierra tiene hombres que le desgarran. La Tierra es muy anciana. Sufre ataques al corazón —en sus entrañas—.
Duérmete, mi gata Chundarata, se han dormido los juguetes y tú sigues dando la lata. Duérmete, que es la una. Duérmete, mi cascabel