San Isidro, estoy cansada,
Yo te dejo mi herramienta.
Tú, que nunca fatigado estuviste
—ni en tormenta—,
tú, que todo lo rezabas
lo labrabas
lo sembrabas
tú, que hablabas
con los santos
con el trigo
con el ave.
Toma, planta mi bolígrafo,
A ver qué coño son sale.
San Isidro, estoy cansada.
(De Sola en la Sala, Javalambre, 1973).