Yo no sé nada Tú no sabes nada Ud. no sabe nada Él no sabe nada Ellos no saben nada

Yo no sé nada Tú no sabes nada Ud. no sabe nada El no sabe nada Ellos no saben nada

Todos los intermedios pudresienes… cuando no neutros lapsus micropulp… pueden antes que cóncavos ausentes… ser otros flujos ácidos del diurno… otros sorbos de páramo

¡Terrazas! Góndolas con ritmos de cadera. Fachadas que reintegran tapices persas en el agua. Remos que no terminan nunca de llorar. El silencio hace gárgaras en los umbrales, arpegia u...

De oleaje tú de entrega de rediviv… en el la maramor plenamente amada tu néctar piel de pétalo desnuda tus bipanales senos de suave plena…

Jamás se había oído el menor roce de cadenas. Las botellas no manifestaban ningún deseo de incorporarse. Al día siguiente de colocar un botón sobre una mesa, se le encontraba en el mism...

Cansado. ¡Sí! Cansado de usar un solo bazo, dos labios,

Noctivozmusgo insomne del yo más yo refluido a la gris y… gorgogoteando no es que plellagan… contra las siempre contras de la p… tan plurinterroído por noctívagos…

«Las mujeres cuestan demasiado trabajo o no valen la pena. ¡Puebla tu sueño con las que te gusten y serán tuyas mientras descansas! »No te limpies los dientes, por lo menos, con los se...

¿Que las poleas ya no se contentan con devorar millares y millares de dedos meñiques? ¿Que las máquinas de coser amenazan zurcirnos hasta los menores intersticios? ¿Que la depravación d...

Solo, con mi esqueleto, mi sombra, mis arterias, como un sapo en su cueva,

No soy quien escucha ese trote llovido que atraviesa mi… No soy quien se pasa la lengua ent… al sentir que la boca se me llena… No soy quien espera,

Cuerpos que se reintegran. Cabezas flotantes de caucho. Al tornearles los cuerpos a las bañistas, las olas alargan sus virutas sobre el aserrín de la playa. La sombra de los toldos. L...

Sobre las mesas, botellas decapitadas de «champagne… baldes de níquel que trasuntan enf… El bandoneón canta con esperezos d… contradice el pelo rojo de la alfo…

Los más oscuros estremecimientos a… entre las extremidades de la noche los abandonos que crepitan cuanto vino a mí acompañado por los espejismos del deseo