Germán Bleiberg

Solo aquel tembloroso viento amado...

Sólo aquel tembloroso viento amado,
tan dulcemente estrecho entre mis venas,
viene con tu paisaje y con serenas
voces de tu fervor puro y llorado.
 
Estoy solo, ya solo y entregado
a este dolor humilde en que me ordenas,
y espero, oculto en soledades plenas,
llegar a ti, febril y enajenado.
 
Hoy son tus ojos esta luz sin horas.
que yo buscaba como bien pequeño.
¡Víspera del espacio presentido,
 
las lentas llamas, manantial de auroras!
Y tu sangre tendrá un sabor de sueño
entre las mariposas florecido.
¿Disfrutate esta lectura? ¡invítanos a un café!.
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